martes, 9 de junio de 2015

Principales Plumas Nacionales



Editorial EL UNIVERSAL, Mensaje del 7 de junio‏

Si algo demostró la elección recién concluida es que los votantes independientes, ajenos a las estructuras de los partidos políticos, sí pesan y pueden sobreponerse a los intentos de inhibición del voto y a la manipulación. 

Los resultados electorales muestran dos cosas: 1) son insuficientes los esfuerzos de los gobernadores —o partidos en el gobierno— para mantener a sus afines en el poder cuando la ciudadanía los rechaza. En Sonora, Nuevo León, Michoacán, Guerrero y Querétaro, la mayoría de las entidades en disputa, el gobierno cambiará de color a partir de esta elección. 2) No siempre el caos y la incivilidad se imponen. En 2006 se atribuyó la victoria del partido ganador a la campaña sucia contra el adversario más cercano; en 2012 se le adjudicó al dispendio en propaganda. Esta vez hubo indicios de ambas. Partidos, candidatos y algunos actores sociales apostaron a la violencia, a los golpes bajos sin sustento, al derroche en triquiñuelas y a la intimidación de los votantes. Perdieron claramente. El ciudadano se impuso. 

Los beneficiarios inmediatos serán por supuesto los candidatos ganadores, pero si los votantes aprovechan esta oportunidad, así como los propios políticos victoriosos, este podría ser el principio del regreso de la esperanza en el método democrático en México, cada vez más debilitado desde que los resultados de los últimos gobiernos han caído por debajo de la expectativa. 

La transición democrática en el año 2000 hizo pensar a muchos que iniciaba por fin el camino del país hacia la prosperidad, pues por fin los gobernantes serían premiados o castigados con el voto según sus acciones. 

Bajo Reserva Periodistas EL UNIVERSAL 

El Caballo de Troya de AMLO

Sudaron frío el domingo en el equipo de Ricardo Monreal, uno de los políticos más cercanos a Andrés Manuel López Obrador y base del proyecto del tabasqueño para ganar la jefatura del DF y Los Pinos en 2018. El equipo de don Ricardo, ahora virtual ganador de la elección a la delegación Cuauhtémoc, comenzó mal con los números que fluían la mañana del 7 de junio: 10 puntos abajo del PRD en una encuesta de salida. Más tarde, la línea bajó a cuatro con el amarillo arriba y con 15% de votos nulos, nos cuentan. Los cercanos a don Ricardo se fueron por un conteo rápido para saber por dónde andaban los que no querían responder y en el primer corte, a las 20:00 horas, Monreal salió arriba siete puntos con casi 50% de las casillas y los monrealistas descorcharon la champaña. Comienza así la historia del Caballo de Troya de AMLO para la elección presidencial del 18, nos comentan. 

Silvano y las heridas de la batalla

Ya con la gubernatura en la bolsa, el perredista Silvano Aureoles tendrá que dedicarse a curar las heridas que dejó la batalla electoral. Las lesiones no son políticas, sino físicas. Don Silvano trabajó las últimas semanas de su campaña con una grave lesión en la rodilla. Durante un encuentro de basquetbol con periodistas, sufrió una fractura de rótula que le generaba fuertes dolores. Los médicos pidieron a Aureoles que bajara el ritmo de trabajo y que se atendiera la dolencia, pero el fragor de la campaña hacía imposible que se ausentara de los templetes, nos cuentan. Ahora, además de lidiar con la impugnación que el PRI ha amenazado con presentar, el perredista tendrá que guardar reposo.

El regreso al Senado

En breve, en el Senado se comenzará a ver el retorno de sus hijos no tan pródigos. Si así les place, regresarán a sus escaños los que pidieron licencia para contender por una gubernatura y no lograron el triunfo en las urnas: los priístas Ivonne Álvarez, Ricardo Barroso y Ascensión Orihuela y las panistas Luisa María Calderón y Sonia Mendoza. El también azul Jorge Luis Preciado se va a pleito poselectoral en Colima y, si perdiera, hasta podría quedarse sin la coordinación en la bancada. Todos regresan a probar las mieles de la dieta. Muy aparte se cocina la senadora Layda Sansores, que se fue a competir por la gubernatura de Campeche bajo los colores de Morena, sin embargo ella no pidió licencia, y siguió cobrando durante su campaña.

Alberto Aziz Nassif, ¿Se agotó el modelo?‏

Unos días antes del 7 de junio se empezaron a hacer realidad las pesadillas anunciadas, los grupos de la CNTE en Oaxaca, Guerrero, y Chiapas, tomaron el proceso electoral como un rehén de sus demandas. Pero antes los grupos del crimen organizado ya habían dado pruebas de que su ley de violencia y asesinatos estaba vigente. Los partidos y sus intereses habían diseñado el más complicado laberinto de reglas para regresar la incertidumbre a las elecciones. Llegamos al día de los comicios con escenarios dramáticos: asesinatos, violencia, irritación, desencanto, incertidumbre y muchos rumores. ¿Ya se agotó el modelo electoral?

Si hacemos un poco de historia, los procesos electorales hasta los años setenta eran la lucha impotente en contra de un régimen hegemónico que había entrado en crisis y que empezaba a abrir espacios mínimos. El país estaba estrangulado y los derechos ciudadanos y políticos estaban vetados. En los ochenta algunas regiones alzaron la voz y compitieron para ganar en las urnas, pero el fraude expresaba una completa cerrazón del régimen. En 1988 se fracturó el sistema, pero todavía nos tardamos más de una década para llegar a la alternancia presidencial en las urnas. De 2000 a la fecha hemos padecido una clase gobernante muy inepta, tanto en sus versiones panistas y priístas, como en la decadencia de un perredismo que terminó en la corrupción, imitando las muecas del viejo PRI. La colusión de intereses criminales y políticos ha abierto una herida enorme en muchas regiones del país. 

Gabriela Vargas, ¿El conteo rápido y el PREP blindan los resultados electorales?‏

Dos instrumentos a nivel nacional nos permitieron conocer este 7 de junio los resultados electorales y la probable conformación de la Cámara de Diputados: El Programa de Resultados Preliminares mejor conocido como PREP, y el Conteo Rápido.

El Conteo Rápido es un procedimiento probabilístico y estadístico que estima tendencias de los resultados finales de una elección con antelación a los resultados oficiales. En esta elección permitió inferir la probable conformación de la Cámara de Diputados, y no está vinculado en modo alguno con resultados de encuestas de salida que llegan a publicar los medios de comunicación, y cuya naturaleza y difusión corren por vías distintas.
Para el Conteo Rápido se seleccionó una muestra de 9 mil 450 casillas electorales el sábado 6 de junio en un acto público, en aras de garantizar la transparencia del proceso. Las casillas que integren dicha muestra se conocieron el mismo 7 de junio en la página del INE.

El protocolo que siguió el Comité Técnico Asesor para el Conteo Rápido establecía que si a las 22:00 horas no se contaba con la fracción de la muestra y cobertura geográfica necesarias para emitir el informe de resultados finales, dicho Comité tendría 15 minutos adicionales, y así sucesivamente hasta que estuviera en condiciones de presentar dicho informe.

El PREP, por su parte, es un sistema que provee los resultados preliminares de las elecciones federales, a través de la digitalización y publicación de los datos plasmados por los funcionarios de casilla en las Actas de Escrutinio y Cómputo de las casillas que se reciben en los Centros de Acopio y Transmisión de Datos. Este sistema permite dar a conocer, en tiempo real a través de internet, los resultados de las elecciones digitalizados la misma noche de la jornada electoral.

Guillermo Sheridan, Democracia: una ensalada‏

George Bernard Shaw: “La democracia es un artilugio que hace posible que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos.”

Gustave Flaubert: “La fantasía de la democracia es elevar al proletariado a los niveles de imbecilidad que ya tiene la burguesía.”

Lawrence Peter: “La democracia es un procedimiento que consiste en que el pueblo elija libremente a la persona que va a tener la culpa de todo”.

Thomas Mann: “Es extraño que la libertad y la igualdad, ideas básicas de la democracia, sean hasta cierto punto contradictorias. Desde la lógica, libertad e igualdad se excluyen mutuamente, tal como se excluyen la sociedad y el individuo.”

Winston Churchill: “Nadie cree que la democracia sea perfecta o sabia. De hecho se piensa que la democracia es la peor forma de gobierno posible, con excepción de todas las demás.”

Julio Cortázar: “Digo: ‘libertad’, digo: ‘democracia’, y de pronto siento que he dicho esas palabras sin haberme planteado una vez más su sentido más hondo, su mensaje más agudo.”

Reinhold Niebhur: “La capacidad humana para crear justicia hace posible a la democracia; la tendencia humana a la injusticia, la hace imprescindible.”

Octavio Paz: “La democracia nos da libertad y, con ella, responsabilidad. Pero esa libertad, si no se resuelve en el reconocimiento de los otros, si no los incluye, es una libertad negativa: nos encierra en nosotros mismos. Cruel dilema: la libertad sin fraternidad es petrificación; la democracia sin libertad es tiranía.”

Margarita Zavala, El pasado domingo‏

Reconozco a los ciudadanos que participaron en la jornada del domingo como electores y como funcionarios en todos los niveles. Quiero resaltar especialmente el esfuerzo de las candidatas y los candidatos del PAN; ustedes, amigos panistas, supieron estar a la altura de las demandas, exigencias y necesidades de los mexicanos. Tuve la oportunidad de estar cerca de muchos de ustedes, los vi cómo recorrieron calles, organizaron equipos y recibieron lo mucho o lo poco que alguien les ofrecía. Los vi muchas veces en la soledad de un candidato. Nuestras campañas se hicieron al estilo panista: de cara a los ciudadanos, convenciendo y no comprando voluntades. Tuvieron que resistir a “la maquinaria” que opera todo, que amenaza y presiona, que compra y arrasa.

A las mujeres panistas que fueron nuestras candidatas, les doy las gracias por haber dado la cara: a Cocoa por ser una mujer valiente y por vencer muchas resistencias, por hacer campaña a pesar de que internamente poco se le apoyó; a Sonia, quien hizo una campaña contra corriente desde el principio, también una mujer valiente y capaz; la cercanía con el primer lugar le permite exigir certeza en los números y que revisen el posible doble cómputo de los votos en las actas así como las denuncias establecidas por los propios representantes de casilla, todavía se revisará.

Mario Campos, Algo cambió el 7 de junio‏

Algo cambió en México el pasado domingo y debo confesar que no lo noté la noche de la elección. El resultado parecía como cualquier otro, incluso sorprendente. ¿Cómo era posible que en medio de la crisis política que muchos vemos desde hace meses, el partido del gobierno saliera sin un raspón y probablemente hasta con la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados gracias a los votos de sus aliados? Era como si nada hubiera pasado en este tiempo.

No obstante una mirada más fina muestra que no es así y que hay muchos detalles que vale la pena analizar. Por ejemplo, el PRI tuvo en esta elección un porcentaje menor que en las elecciones intermedias pasadas y que en la elección de 2012. En números redondos, perdió casi 7 puntos, mientras que su aliado, el Partido Verde, sólo tuvo un crecimiento de 0.38 por ciento con toda su campaña. Si en 2009 tuvo 6.7 por ciento, ahora fue 7.08. 

Pero hay más. Parece que el votante mexicano comienza a probar opciones distintas a los partidos tradicionales. Si en 2009 PRI, PAN y PRD juntos representaron 76.86 por ciento de los votos, en esta ocasión sólo tuvieron 60.7 por ciento según datos del PREP. En esta ocasión casi 40 por ciento probó otra opción, en especial a Morena (8.38), al Verde (7.08) y al Movimiento Ciudadano (5.99). 

Rogelio Gómez Hermosillo, Señales aún sin rumbo claro‏

La elección muestra señales del hartazgo ciudadano. Algunas son elocuentes como el triunfo de El Bronco en Nuevo León y las cinco alternancias en las gubernaturas. Otras son más sutiles como el voto nulo muy cercano a 5%. Algunas son soterradas y ambivalentes como la abstención casi de 53%. La violencia —aún focalizada y aislada— es una señal muy grave. También hay riesgos y señales ominosas de violación a la ley como práctica sistemática del PVEM.

Las señales del hartazgo no serán captadas adecuadamente por la élite política. En su mirada de corto plazo, los dirigentes políticos fueron confirmados en su actuar. Muchos incluso están de plácemes. Parece evidente que hay un anhelo de cambio. Darle rumbo y ruta es un gran reto y no vendrá de las dirigencias partidarias.

La elección de cuatro candidatos independientes es un gran mensaje. Genera la expectativa de una candidatura presidencial independiente. El joven Kumamoto, de Zapopan, confirma la hipótesis de que la ciudadanía sí puede apoyar una campaña fresca, sin recursos millonarios y basada en propuestas. La franja de votantes jóvenes entre 18 y 30 años y el peso de las zonas urbanas representa un gran potencial para candidaturas de nuevo tipo, independientes en forma y fondo.

El abstencionismo muestra el tamaño real de las fuerzas políticas a nivel nacional. Restando votos nulos, los porcentajes sobre el padrón resultan irrisorios: PRI 12%, PAN 9%, PRD 4.5%, Morena 3.5%, PVEM 3%, MC 2.5%, Panal 1.5%, PES 1%, PT 1% y PH menos de 1%. (Usando el PREP con 92.3% de actas capturadas a las 3:00 pm. Estimaciones cortesía de Hugo Armenta F.)


Frentes Políticos

I.La tercera vía. Fue la ciudadanía la que expulsó al PRI de Nuevo León. Y el responsable de perder la plaza se llama Rodrigo Medina. Uno, por las sospechas más que fundadas de enriquecimiento de su familia, durante su administración, en especial a su papá, quien fungió, sin cargo, como el verdadero jefe del gabinete y, dos, porque no entendió que gobernador no pone gobernador y le hizo de cuadritos la vida a Ivonne Álvarez, a quien no sólo bloqueó, sino que descarriló. ¿Qué pretendía?, ¿Impunidad? No le salió. Ahora que se aguante. El Bronco anunció que investigará a todo el gobierno de Medina. Que actuará con la ley en la mano, advirtió. ¿Será?

II.La fractura. Carlos Navarrete tiene un panorama claro sobre lo que sucedió en las urnas. A la izquierda le fue mal debido a su división. Sumando los porcentajes conseguidos entre PRD, PT, Morena y Movimiento Ciudadano, alcanzan, es más, superan al PRI. Puros sueños. ¿De qué les sirve tener pequeños porcentajes si inclusive el PT se tambalea por su registro? Lo que aplica son las alianzas no las separaciones. El ejemplo más claro y caro lo constituye Guerrero, donde Luis Walton, exalcalde de Acapulco, de Movimiento Ciudadano, no declinó en favor de Beatriz Mojica y eso le dio el triunfo al priista Héctor Astudillo. Las necedades cuestan demasiado.

III.La debacle amarilla. El PRD sufrió un durísimo descalabro en el DF, donde el vencedor fue Andrés Manuel López Obrador. Con Morena le arrebató, al menos, cinco delegaciones y convirtió a su partido en importantísima fuerza política en la ALDF. En su primera elección. El PRI avanzó al ganar otras tres delegaciones y el PAN se llevó al menos dos. Se quedaron con seis de 14. Miguel Ángel Mancera tendrá el camino empedrado y reconocer que algo no va bien. Eso de darle la espalda a los capitalinos y privilegiar a los violentos no deja nada bueno, al menos en las urnas. Tampoco que la corrupción, como la cometida con la Línea 12 del Metro, haya quedado impune.

Francisco Garfias, “¡Que alguien me explique…!”

Quedó demostrado que cuando hay voluntad de cambio no hay estructura de partido ni dádivas que lo impidan. Jorge Domene, jefe de la Oficina Ejecutiva de Rodrigo Medina, era uno de los más sorprendidos por la aplastante victoria de El Bronco en las elecciones de gobernador de Nuevo León.
“¡Que alguien me explique qué pasó aquí. Ni yendo en coalición el PRI y el PAN le hubieran ganado a El Bronco!”, nos dijo Domene, vía celular. Y es que sin partido, sin estructura, sin fondos públicos, sin spots en radio y televisión, con un manejo hábil en redes sociales, este hombre de 56 años —mezcla de Pedro Armendáriz y El Piporro, según sus colaboradores— demostró que se puede derrotar a la partidocracia.

La ventaja de Jaime Rodríguez sobre la priista Ivonne Álvarez, y el gris abanderado del Partido Acción Nacional, Felipe de Jesús Cantú, ni el Reforma la adelantó. El candidato independiente logró alrededor de 49% de los sufragios. La del Partido Revolucionario Institucional 24%; el de Acción Nacional 23%. Álvarez y Cantú, juntos, habrían sacado 47 por ciento.

Yuriria Sierra, El voto del Castigo 

Al final, ni se cumplió el Apocalipsis ni se incendió el país ni triunfó el mal. Nadie tenía duda de que serían unas elecciones complicadas. Con un profundo descontento —y desconfianza— de la sociedad hacia los partidos, escándalos de corrupción, una sensación de lejanía entre la clase política y los ciudadanos. En fin, una coyuntura difícil por todos sus ángulos. Amenazas de violencia y boictot electoral, campañas anulistas carentes de racionalidad, puros escenarios apocalípticos sobre la jornada electoral y sus posibles resultados.

Al final, ni se cumplió el Apocalipsis ni se incendió el país, ni triunfó el mal ni se autocumplieron las falsas profecías de los apóstoles de la desgracia. La gente salió a votar, con mucha más madurez y estrategia de lo que los analistas, tan dados a subestimar al elector, creyeron. Cierto es que el catálogo de candidatos era casi lamentable, que iríamos (yo lo escribí) a elegir “entre lo pinche y lo peor”. La ciudadanía mandó un mensaje clarísimo: castigó a los corruptos, omisos y a los narcogobernantes. Los casos más emblemáticos: Nuevo León, Sonora, Michoacán y Guerrero.

Pascal Beltrán del Río, Como quedan los partidos

1) La política se atomiza. A reserva de ver si el PRI logra, junto con el Partido Verde y Nueva Alianza, la cifra mágica de 251 diputados para controlar la Cámara baja, la LXIII Legislatura en San Lázaro será una Torre de Babel. Difícilmente servirá de algo al PAN y al PRD unir sus bancadas, como esperaban hacer. Habrá ocho o nueve grupos parlamentarios y un diputado independiente. Sin mayoría clara, la construcción del presupuesto base cero será una guerra de trincheras.

2) El PRI y el PAN perdieron, cada uno, seis puntos de votación entre las intermedias de 2009 y las de 2015. ¿A dónde se fueron esos sufragios? A partidos de nuevo registro, como Morena y Encuentro Social, pero también a Movimiento Ciudadano, que triplicó su porcentaje de votación en seis años, al pasar de 2.3% a alrededor de 7%, sobre todo gracias a su enorme votación en Jalisco.

3) Aunque, comparado con 2009, el PRD no pierde gran cosa en términos de puntos porcentuales en la elección de diputados federales, sí deja ir posiciones importantes: Guerrero, varias delegaciones y también diputaciones en la capital del país, donde el pluralismo es el signo de los tiempos. Un signo con el que tendrá que lidiar ahora el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, quien debe estar agradecido de no haberse afiliado al PRD.

4) Lo decía ayer y se constata: los ciudadanos siguen pensando que el voto sirve para castigar a los partidos en el poder. Tiraron de su nicho a las fuerzas gobernantes en Guerrero (dos sexenios de PRD) y Nuevo León (dos sexenios de PRI), además de Querétaro, Michoacán y Sonora. Ya veremos qué pasa en San Luis Potosí. También habrá alternancias a nivel municipal en Jalisco, Edomex, Guanajuato y otros estados.

5) El PRI retrocede en varias zonas del país, pero sigue mostrando firmeza en sus bastiones. Hoy le debe mucho a los gobernadores de Campeche, Coahuila, Chihuahua, Estado de México, Hidalgo, Nayarit, Quintana Roo, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas, que ganaron en sus respectivas entidades la elección de diputados federales, de acuerdo con los resultados del PREP. Siete de esos estados nunca han tenido un gobernador que no sea del PRI.

6) Morena tuvo un éxito inusitado como fuerza política emergente. Dado que el PRD no retrocedió en términos porcentuales, los votos para Morena salieron de otro lado. Debe haberle quitado muchos al PT, al que dejó casi aniquilado. Tuvo una votación sorprendente en Baja California y Campeche, pero no logró mucho más fuera de los bastiones tradicionales de Andrés Manuel López Obrador: el Distrito Federal y el Estado de México, de donde salieron cuatro de cada diez de sus votos.

7) La carrera presidencial de 2018 ya arrancó. ¿Dicen algo las cifras del domingo sobre qué partidos están mejor posicionados? Probablemente sí. De los diez estados que siempre gana el candidato presidencial triunfante, el PAN triunfó en seis (elección de diputados federales) y el PRI en cuatro. Morena queda tercero en tres de ellos, cuarto en tres, quinto en dos y sexto en dos. La nueva prueba para López Obrador es conseguir otros aliados hacia 2018 (¿PES?) o que su partido crezca 30 puntos en tres años.

8) El Partido Verde se indigestó. Las encuestas, que fueron mucho más fiables que en 2012 –sólo erraron en el avance de Movimiento Ciudadano– le daban 11 puntos porcentuales en el arranque de la campaña. Finalmente se quedará con siete. Me parece que el PVEM no supo agachar la cabeza cuando debió y se pegó contra un puente. La estrategia de comunicación que le sirvió mientras el país estaba distraído en otras cosas, se tornó en su contra al volverse evidente.

9) Nueva Alianza venderá caro su amor. ¡A güevo! Tiene lo que al PRI y al Verde les falta para hacer mayoría en la Cámara de Diputados. El partido turquesa sobrevivió a la defenestración de su creadora, Elba Esther Gordillo, y logró buenas votaciones en Hidalgo, Puebla, Guanajuato, Edomex y DF. Mañana se instalará en el mercado de San Lázaro para ver quién le da más.

Jorge Fernández Menéndez, El Bronco y otras delicias electorales 

El desarrollo y los resultados de la jornada electoral del domingo no podrían haber sido mejores: un escenario donde se amplían el pluralismo y las distintas opciones; donde, más allá de triunfos y derrotas, nadie pierde todo y nadie gana todo; donde es notable la derrota política y social de los grupos violentos y donde la apuesta por el pluralismo , pero también por la gobernabilidad, es evidente.

Las elecciones confirmaron la existencia de un nuevo escenario político, con diferentes equilibrios, mayorías, grupos emergentes, un escenario que, por sobre todas las cosas, obliga a cambios profundos en los gobiernos y en la forma de gobernar, pero también en los partidos y hasta en la recién estrenada ley electoral.

Varios puntos son importantes: las elecciones se dieron en paz, y con una participación más alta que en todos los últimos comicios intermedios. Para ello fue fundamental el operativo de seguridad que se implementó en Guerrero, Oaxaca y otros estados, pero también esa participación ciudadana en los comicios, que le otorga al gobierno federal una base social para desmantelar las expresiones violentas y colocarlas en su justa dimensión, una dimensión en la cual el rechazo social hacia ella es clave, tanto que el PRI terminó ganando las elecciones en Guerrero y en Oaxaca.


Pablo Hiriart, El PAN se hace viejo

La dirigencia del PAN podrá decir, y con razón, que retuvo Baja California Sur, que ganó Querétaro y dio batalla en Colima, pero los números son los números y en la jornada del domingo le fue peor que nunca.

El 20.91 por ciento que le dio el electorado es reflejo que algo anda mal en Acción Nacional, porque ese nivel de preferencias es una humillación para el partido más antiguo de México.

Desde mucho antes de la alternancia al PAN no le iba tan mal en una elección federal.

Madero hace maromas estadísticas para lucir lo que sí obtuvo, pero no puede ocultar que fue incapaz de contener la debacle que ha venido experimentando el PAN.

Un porcentaje de 20.9 por ciento es bastante inferior al 25.4 que obtuvo en las elecciones presidenciales de 2012, es peor que el 29.7 recibido en 2009, y mucho menor al 34.4 que alcanzó en las presidenciales de 2006.

Es decir, el PAN ha venido perdiendo de manera sostenida en cada elección federal entre cuatro y cinco puntos.



Otros dirigentes de ese partido renunciaron al cargo por malos resultados electorales y se fueron a su casa, como Germán Martínez.
Madero, en cambio, va a dejar la dirigencia nacional panista para irse de coordinador de los diputados de su fracción a San Lázaro.

Puede ser un asunto de estilos personales, pero ahí hay una derrota vergonzosa de la que alguien se tiene que hacer cargo.

El PAN tenía todo para alzarse con una muy buena votación en estos comicios, o salir de la elección como el robusto líder de la oposición. ¿El resultado? 20.91 por ciento.

Ellos tendrán que analizar las causas de su derrota, cosa que no hicieron después del tercer lugar en las presidenciales de 2012.
Madero no le puede echar la culpa al árbitro: él fue el impulsor de la reforma electoral con la que se disputaron estos comicios. Así los quería y así se los dieron. ¿Y? 20.91 por ciento.

Es posible que Madero se haya equivocado con la campaña negra al inicio de esta contienda, y que no le queda a un partido equilibrado y sensato como ha sido el PAN en su historia.

Carlos Mota, 4 súper notas
de las elecciones

Primera.- Margarita Zavala podría ser candidata independiente a la Presidencia. Tras el triunfo de Jaime Rodríguez “El Bronco”, y tras las múltiples menciones de Zavala y otros panistas afines a ella como el ex Presidente Felipe Calderón en el sentido de que el PAN ha dejado de ser una verdadera opción ciudadana, la ex Primera Dama podría construir una candidatura independiente fresca. Ella es la única persona en el escenario político que tendría amplia legitimidad si renunciara al PAN y lanza una plataforma propia alejada de los partidos. A “El Bronco” le tomó dos años y medio construir su candidatura. Margarita tendría que iniciar ese camino ya.



Segunda.- El secretario Luis Videgaray es el gran (y silencioso) triunfador de las elecciones de anteayer. Todos, absolutamente todos los argumentos que hablaban del rechazo de la ciudadanía por la reforma fiscal vigente han quedado sepultados. El electorado refrendó al PRI y al Verde en una proporción muy similar a la que existía en la Cámara de Diputados, echando a la basura el supuesto voto de castigo contra los impuestos y la fiscalización vigente desde 2014. Asimismo, tampoco hubo voto de castigo por el magro crecimiento económico. Videgaray puede descansar tranquilo, que la gente compró entero el argumento de que quien gana más, debe pagar más. Ya no importan las quejas de los empresarios.



Tercera.- Querétaro es la gran historia de esta elección. Es el único estado donde hubo alternancia de PRI a PAN y que pintaba poco en las notas periodísticas. Ayer se hablaba de cómo Pavlovich o Astudillo habían logrado alternancia en sus estados, pero a Querétaro se le dejaba en un segundo plano (Milenio cabeceaba, por ejemplo: “’El Bronco’, Astudillo, Aureoles y Pavlovich mandarán”). ¿Qué significa esta falta de acento en Querétaro? Que en dicho estado la política y los políticos están en segundo plano. Querétaro es una historia de éxito económico, no de prebendas políticas. El misterioso triunfo de Pancho Domínguez en Querétaro es una muestra de institucionalización del país. En Europa esto habría sido la gran nota, porque ese estado crece económicamente como China (o más) y los electores decidieron quitar al PRI. No hay violencia ni problemas graves. Es un misterio este cambio.



Cuarta.- Se depejetizará el país. Así es. AMLO podrá vociferar estos días que su partido Morena ganó varias delegaciones en el Distrito Federal. Pero su área de influencia queda confinada a la capital y el mandamás de ese partido debió quedar boquiabierto frente al triunfo de El Bronco, que le dio una lección de que a estas alturas de la democracia mexicana, más vale ser ciudadano independiente si se piensa que se cuenta con el voto popular.

Jaime Sánchez, Victoria amarga

1. Victoria amarga. Por primera vez, desde 2003, el partido en el gobierno obtiene mayoría relativa en unas elecciones intermedias. Y, sumados sus votos a los del Panal y el Verde, logrará forjar un bloque mayoritario para lo que resta del sexenio. Algo que no sucedía desde 1997. Pero, en realidad, el PRI no superó por mucho el peor de sus resultados históricos, cuando Roberto Madrazo quedó en el tercer sitio con el 22.26 por ciento de la votación.



2. Se rompe el bipartidismo en dos de los principales estados de la República. La victoria de El Bronco, en Nuevo León, es histórica y abre la puerta para nuevas candidaturas independientes en las elecciones locales, pero también en la presidencial. Se puede incluso adelantar que si Jaime Rodríguez hace un buen gobierno en los próximos dos años, podría convertirse en candidato independiente a la Presidencia de la República.



3. El caso de Jalisco no es menos sorprendente. El PRI perdió todos los municipios de la zona conurbada de Guadalajara (Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco). Movimiento Ciudadano arrasó postulando a Enrique Alfaro y a otros “militantes tangenciales” de ese partido. El hartazgo ciudadano se manifestó como un voto de castigo contra el PRI, pero también contra el PAN que se sitúa como tercera fuerza. Al igual que Nuevo León, Jalisco expresa un claro voto de castigo contra la partidocracia. Voto que, dentro de tres años, llevará muy probablemente a Enrique Alfaro a la gubernatura.



3. La derrota del PRD en la ciudad de México es histórica. Pierde la hegemonía después de 18 años. El ascenso de Morena muestra la fuerza de López Obrador, pero sobre todo el desgaste de los perredistas. Se trata, sin duda, de un voto de castigo y de otra expresión del hartazgo ciudadano.



4. Perogrullo. La victoria de Morena en la ciudad de México refrenda la candidatura de López Obrador a la Presidencia de la República. El campanazo ya estaba dado antes de la jornada electoral: Morena había alcanzado su registro y AMLO se había posicionado como candidato a la Presidencia. Ahora, la victoria en las delegaciones y la mínima distancia que separa al Movimiento de López Obrador del PRD lo convierte, desde ya, en el aspirante más fuerte de la izquierda.



5. Los grandes perdedores en este proceso de regreso y fortalecimiento de AMLO son, sin duda alguna, la corriente Nueva Izquierda del PRD y Miguel Ángel Mancera. Los primeros porque son los principales adversarios de López Obrador y el segundo porque deberá gobernar con delegaciones en manos de las oposiciones y con una Asamblea de Representantes donde Morena tendrá voz y voto.

Enrique Quintana, La debacle de los mayores partidos

Van siete tendencias reveladas por las cifras electorales.



1- Los tres mayores partidos (PRI, PAN y PRD) perdieron peso de manera significativa en las preferencias del electorado. El porcentaje combinado que obtuvieron en las elecciones del domingo fue del 63.6 por ciento de la votación válida. Tres años antes habían obtenido el 75.9 por ciento. Y 12 años atrás, en las primeras elecciones intermedias de la era de la alternancia, habían conseguido el 81.9 por ciento. Es decir, en un lapso de dos sexenios, perdieron en conjunto 18.3 puntos porcentuales de la votación. Si esta tendencia se extrapolara linealmente, entonces para el 2018, habría que quitarles 4.6 puntos porcentuales más.



2- El partido que obtuvo el mayor porcentaje de votos en estas elecciones también perdió. Si tomamos al PRI como fuerza política individual, resulta que perdió 8.7 puntos porcentuales de la votación válida en los últimos 12 años.

La lectura que pretende hacer el PRI en el sentido de que los resultados electorales representan un triunfo implicarían una miopía, pues la tendencia a la baja que tiene la “minoría mayoritaria”, es muy evidente y lo deja lejos de un panorama complicado para las elecciones locales del próximo año y las presidenciales del 2018.



3- El 4 de diciembre de 2010, Gustavo Madero fue elegido presidente del PAN. El porcentaje de votos que su partido obtuvo en las elecciones previas –las de 2009- fue de 29.4 por ciento. En las del domingo, el porcentaje de votos para el blanquiazul fue de 21.8 por ciento. Esto significa que bajo la conducción de Madero, el PAN perdió 7.6 puntos porcentuales. Este hecho deja muy mal parado al actual presidente panista y augura una interesante batalla en su partido.



4- El PRD habrá obtenido el 11.5 por ciento de los votos válidos en la elección de este domingo. En 2003, el porcentaje obtenido fue de 16.2 por ciento. La pérdida es de 4.7 puntos porcentuales, que lo han debilitado en su bastión más importante, el Distrito Federal.



5- En este balance de resultados, no puede dejar de citarse a Morena. Se convierte en el partido con el debut más exitoso al llegar a 9 por ciento. Hasta ahora, el caso más exitoso había sido el del PRD, que en 1991 obtuvo el 8.3 por ciento en su primera incursión en un proceso electoral federal.



6- La izquierda se convirtió en una fuerza política que, si se uniera, sería un serio aspirante a la Presidencia. La suma de los votos de los partidos que pueden caracterizarse en esa tendencia (PRD, Morena, MC y PT) fue de 30.3 por ciento. Prácticamente el mismo porcentaje del PRI. Pero si se suma al factor AMLO, entonces una coalición de izquierda que lo respaldara podría aspirar a una cifra de 35 a 40 por ciento de los votos.



7- El voto nulo no logró posicionarse como opción. En 2009, cuando también hubo un movimiento que lo promovió, se alcanzó un 5.2 por ciento de votos nulos.

La cifra superó al 3.0 por ciento de 2003. Ahora quedó en 4.9 por ciento, que nuevamente superó a la tendencia histórica pero se quedó abajo del porcentaje obtenido hace seis años.


Julio Hernández López, Astillero; Reacomodos de temporada

El nuevo mapa electoral tiene como referentes una desesperada búsqueda social de alternativas frente al partidismo clásico (como ejemplo, Cuauhtémoc Blanco ganando la presidencia municipal de Cuernavaca), una continuidad del tradicional reparto cupular (Michoacán entregado al favorito de Los Pinos, Silvano Aureoles, postulado a nombre del PRD), los independientes como novedad tripulada ( El Bronco como ensayo federal rápidamente reabsorbido por el PRI y Los Pinos) o como ejemplar construcción genuina (Pedro Kumamoto y sus 18 mil pesos de gasto de campaña en Zapopan), los reacomodos de siglas partidistas (el PT en la despedida y el Humanista ni se diga, aunque el MC reflota cargándose a la derecha), la división enconada de la izquierda electoral (Morena ganando posiciones antes perredistas) y la conversión del Distrito Federal en un mosaico pluripartidista (PAN y PRI avanzando más que nunca), y el partido en el poder (el PRI con sus adjuntos, el Verde Delincuente y el Panal) manteniendo control en el Poder Legislativo y otorgándose un bono de gobernabilidad entre balas y llamas (Oaxaca y Guerrero, pero no solamente allí) con la esperanza de alcanzar a practicarse algunas cirugías de moda (César Camacho ya dijo que El Bronco es una llamada de atención a los partidos para que se reformen o habrá más “independientes”) antes de la siguiente llamada a escena general que será en 2018.

El chuchismo perredista es el gran damnificado, sobre todo en la ciudad de México (aquí los otros derrotados son el crédulo Miguel Ángel Mancera y su electoralmente fanfarrón secretario general, Héctor Serrano), donde Ricardo Monreal logró colocarse como principal figura ganadora de Morena (la otra carta fuerte, Clara Brugada, no alcanzó la jefatura de la estratégica Iztapalapa) con siguiente escala en la búsqueda de la jefatura del gobierno capitalino o la presidencia del partido en lugar de Martí Batres. En términos numéricos el sol azteca podrá disputar una cierta delantera en la liga de la división de ascenso (en el bloque superior reinan PRI y PAN, que juntos llevaban 49.96 por ciento del total de los votos emitidos, según el último reporte presentado por el INE); división de ascenso, se decía, en la que quedaron el PRD, Morena, el Verde Infractor y el Movimiento Ciudadano (cuyos resultados pueden ser los más notables e interesantes, pues parecía condenado al naufragio, como el PT, al perder el imán electoral de López Obrador). Pero en los hechos la tendencia aritmética del PRD, pero sobre todo política, es a la baja, frente a la escisión triunfante de Morena, que sin embargo no alcanzó la talla de una organización con fuerza nacional (en los comicios para gobernador se quedó en votaciones marginales o testimoniales), reconcentrados sus esfuerzos desde ya en la siguiente elección presidencial, con los pertrechos capitalinos como principal plataforma, bajo el lema de que “La tercera es la vencida”.

Enrique Galván Ochoa, Dinero; Echan a los perredistas de Miguel Hidalgo

Los vecinos de la delegación Miguel Hidalgo sacaron del gobierno a los perredistas encabezados por Víctor Hugo Romo. Ganó la candidata panista, Xóchitl Gálvez, aun cuando su credencial no la acredita como residente del suburbio. La gente votó contra la corrupción, la depredación urbanística, los giros negros disfrazados, las obras sin terminar, el aumento de la inseguridad y el consecuente deterioro en la calidad de vida. Lo que colmó la paciencia fueron las obras de remozamiento de la principal vía comercial, presidente Masaryk. La avenida permaneció intransitable por casi un año. La pasada Navidad fue la peor que se recuerde en esa zona: resultó imposible que la clientela pudiera llegar a los restaurantes y bares, algunos de los más visitados de la capital incluso por turistas extranjeros. 

Para los habitantes de la Miguel Hidalgo, las prioridades de hoy en adelante son que se cumpla la ley, que se terminen las obras empezadas y que se deslinden responsabilidades por lo que salió mal. ‘‘Nos estaban robando (los perredistas). Estamos muy orgullosos de haber demostrado que no vamos a tolerar más engaños. Es un precedente democrático muy aleccionador’’, dice Armando Cuspinera, miembro de la organización vecinal La Voz Polanco. Para Rosa María Batel, ‘‘el desastre en la delegación ocurrió con Romo y (David) Razú’’, por lo que está muy contenta con el resultado de la elección. ‘‘Hicieron muchos cambios, pero no para mejorar, sino para empeorar. Se terminó con la vida de barrio que había, ya casi no hay servicios, sólo restaurantes. Esta administración (la saliente) acabó con la calidad de vida de los vecinos’’. Por su lado, María Teresa Ruiz dice: ‘‘Se trata de una sana alternancia. 

Hubo muchas omisiones que la delegación avaló. No sabemos, por ejemplo, qué es lo que pasó con la avenida Masaryk’’. María Teresa es una de las vecinas de Polanco que han contribuido a denunciar las continuas violaciones al Plan Parcial de Desarrollo. La arquitecta María Eugenia González fue funcionaria de casilla y asegura sentirse ‘‘feliz’’ con el resultado y con los comicios en general, a los cuales calificó de ‘‘impecables’’. Para ella, los problemas en la delegación son muy evidentes. ‘‘Con la administración del PRD comenzamos muy bien, pero luego no se lograron los objetivos que teníamos. A punta de billetazos se otorgaron cambios de uso de suelo a desarrolladores inmobiliarios a diestra y siniestra y ahora la zona se llenó de antros y restaurantes’’. 

Los vecinos también tienen claro que no votaron por un partido, sino por una candidata. ‘‘Desde el principio nuestra estrategia era precisa: la única candidata con posibilidades era Xóchitl Gálvez, porque ya contaba con el voto duro del PAN’’, dice Cuspinera. Y es que Acción Nacional mantuvo control de la Miguel Hidalgo durante muchos años, hasta que se instaló el sol azteca. Para muchos, fue con el panista Demetrio Sodi que se abrió la puerta a la especulación inmobiliaria. Hoy la delegación vuelve a dar su confianza al blanquiazul, pero como señala María Teresa Ruiz: ‘‘Sólo le dimos nuestra confianza para que ganara, ahora lo que tiene que obtener con hechos es nuestra confianza’’. Una de las acciones que debe emprender de inmediato Xóchitl Gálvez es practicar una auditoría a fondo al desastre que está heredando Víctor Romo, y enseguida denunciar penalmente las irregularidades que pudiera encontrar.

Carlos Fernández-Vega, México SA; Fin de fiesta; ahora la cruda

Se acabó la llamada “fiesta ciudadana” y llegó la cruda realidad. Nueve gubernaturas se renovaron –por decirlo así–, en las que algunas empresas políticas repitieron y otras se quedaron con las ganas, pero lo cierto es que el dinosaurio tricolor se mantiene como el ganón de la temporada, de la mano de sus golpeadores verdes. El personaje sobresaliente de este proceso electoral resultó ser el ex priísta Jaime Rodríguez Calderón, mejor conocido como El Bronco. Todo en familia, pues.

Todos se jalonean la “primera posición como fuerza política” –sea local o federal–, pero lo cierto es que desde hace mucho tiempo ese lugar le corresponde al abstencionismo, que en estas intermedias rebasó 50 por ciento. La fiesta, pues, llegó a su fin y los ganadores de la rifa del tigre, especialmente los nuevos gobernadores, deberán hacer circo, maroma y teatro para intentar levantar el tiradero que reciben, mientras comienzan el propio.

Un caso concreto es la tremenda herencia que reciben los nueve relevos en igual número de gobiernos estatales: enormes agujeros presupuestales, crecientes problemas sociales, economías disfuncionales y altamente dependientes del centro, y muchísimas gracias más, entre las que destaca la voluminosa deuda pública contratada e igualmente desaparecida por sus antecesores.

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